En el afán de no aferrarme a ese futuro inexistente regresaron a mi, antiguos fantasmas.
No se si quiero perderme o perdida ya estoy.
Ahora no soy yo, quizás nunca lo fui o ¿tal vez si?, a esto se redujo TODO, al infinito de preguntas vacías que generaron aquellos días.
Creo que fui "YO", mientras leía las páginas confusas de aquel libro colorido esa mañana de domingo.
Creo que fui "YO", cuando te acompañaba mientras dormías a un costado, sin que esperes la locura habitual de tus días.
Creo que fui "YO", cuando bebía contigo un café acompañado de risas e historias locas o tomaba esa copa de vino que evocaron lagrimas tristes.
Todo se oscureció después que la culpa invadió mi ser, irrumpió con la perfección de tu compañía y luego con el rigor de una palabra, a esa nube gris que algunos tildan de locura se me hace más fácil llamarla ausencia.
Pero no miento cuando aseguro que nada hace referencia a la carencia de tu presencia, no miento cuando aseguro que no se evoca en estas letras tu equívoca ausencia.
Hoy noto que la ausencia la origina ese "YO", ese que se fue contigo tomando un vuelo no deseado, ese "YO" que se quedo colgado en la profundidad del bolsillo de aquella maleta vieja que te acompaña por doquier o en el recuerdo triste que ya enterraste con el placebo de tu monotonía.
Pero hablemos de la incongruencia de la vida, seguimos a la misma distancia, porque acá estas TÚ haciendo que derrame tinta y genere garabatos, creando más letras que las pensadas en esta última vuelta al sol.
Y al igual que todo este fragmento, en un último insulto a la sintaxis concluiré que:
"Así de raro es el mundo, allá contigo esta aquel "YO", y acá conmigo sigue ese "TU"".
